viernes, 6 de diciembre de 2013

Cuestión de límites

Son días en que miras la cara de tus pares, hombres que recibieron una formación profesional, que eligieron esta ocupación supuestamente por vocación y sin embargo, abren la boca y le envenenan el día a las muchachas. Comentarios más que insinuantes, groseros, burdos, que nadie toleraría ni de un compañero, se descargan por boca de algún profesor, en la asquerosa impunidad de saber que la sospecha de un posible gesto de venganza en las calificaciones mantendrá muda a la agredida y que si hay quejas, las excusas tales como cuentas de las redes sociales supuestamente hackeadas serían la causa de tales hechos. Mal si no somos capaces de medir nuestra lengua y la vulgaridad en nuestra mente, si creemos que erotismo es genitalizar hasta el lenguaje, si faltamos el respecto a un curso completo exhibiendo nuestra arrogancia y desdén a la dignidad de una menor. ¿Será por eso, colegas, que como hombres, están solos?...y al que le venga el sayo, que lo use, pero no espere que lo disculpe o lo aplauda...

Seguidores